domingo, 2 de junio de 2013

Instituto Nacional

Esta inspiración fue la que movió a algunas personas, al propio Salas, a Camilo Henríquez y principalmente a Juan Egaña, a idear la creación de un único establecimiento de enseñanza y de cultivo de las "ciencias útiles", por medio de la unión de los establecimientos que existían y principalmente de sus bienes y rentas, ya que cada uno tenía autonomía económica como propietario de sus bienes y libertad en su manejo. Un expediente con todos los proyectos planteados se siguió ante el congreso de 1811, pero éste no alcanzó a decidir su realización, pues en diciembre de ese año fue suprimido por el golpe militar de Carrera. Juan Egaña, por su parte, esbozó de nuevo un plan basado en los mismos principios. Tras él se advierte la lucha, que conocemos, en contra de la Universidad desinteresada que entendía que la práctica que llevaba en concreto a las profesiones no era asunto universitario, por laudable que fuese y a la que estaba bien dispuesta a colaborar como hemos visto en las modernizaciones de la segunda mitad del siglo XVIII.

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